yao tonal

domingo, 23 de octubre de 2016

LA GUERRA DE UN GUERRERO.

HOLA MUY BUENAS NOCHES GUERREROS. ME PRESENTO. YO SOY MEXICANO, AMO LA HISTORIA DE LAS CULTURAS DE MI PAÍS. Y TODO LO RELACIONADO A LO PREHISPÁNICO. EN ESTOS MOMENTOS ME ENCUENTRO EN UN PROYECTO PERSONAL DE CREAR UNA HISTORIA DE CIENCIA FICCIÓN CON ALGO DE REALIDAD, SOBRE EL ORIGEN DE LOS GUERREROS OLMECAS Y LA ORÍGENES DEL ANAHUAC. PRÓXIMAMENTE PUBLICARE EL INICIO DE LA HISTORIA E INVESTIGACIONES PERSONALES... PRIMERO QUE NADA MI BASE DE MI PROYECTO ES PARA CREAR UN NACIONALISMO DEL TODO EL SIMBOLISMO MESHICA Y SOBRE TODO LO MISTICO DE NUESTRO PAÍS. DESDE LA DESTRUCCIÓN DE TOLLAN (TULA) HASTA LA LLEGADA DE LOS HERMANOS MAYORES, LOS  CUALES SE COMUNICAN A TRAVÉS DE DIMENSIONES MAS ALLÁ DE LOS FÍSICO. LA HISTORIA SE BASA EN LEGENDARIOS PERSONAJES DESCONOCIDOS Y CONOCIDOS DE TODO EL ANAHUAC; DESDE ALASKA HASTA NICARAGUA... ASIMISMO SOBRE NUESTROS PRIMOS INCAS DEL PERU.
APENAS ESTA GESTÁNDOSE MI PROYECTO PERSONAL... SOLO POR EL PLACER DE CONOCER UNA TEORÍA SOBRE EL ORIGEN DE LOS OLMECAS Y SOBRE TODO EL FUTURO DE NUESTRO PAIS. BIENVENIDO A: TU BLOG DE ANAHUACO CIBERNETICO. ESPERO Y SEAN DE MENTE ABIERTA Y CIERREN SU MENTE Y ABRAN SU CORAZÓN.
O M E T E O T L 

23/10/2016 CMDX 


lunes, 17 de octubre de 2016

los mexicas

Capítulo I

La guerra compleja y el Estado mexica
Generalmente la mayoría de los libros que tratan el asunto de la guerra
en la Antigüedad se inician planteando los fundamentos teóricos de la
misma. En esta obra trataré, en la medida de lo posible, de omitir estos
factores que para muchos casos parecerían engorrosos al lector. Sin
embargo, he considerado pertinente establecer una serie de parámetros
de análisis sobre nuestro problema de estudio, ya que es la base para
entender las interpretaciones que verteré en este y en los subsecuentes
capítulos.
La guerra ha sido definida de diversas maneras y quizá lo que más
la caracteriza es que se encuentra inserta dentro del ámbito de la cul tura,
es decir, es una manifestación que identifica únicamente al hom bre.
Tenemos claro que los animales no hacen la guerra, su mani festación
natural es sólo la violencia, por ello, el problema de la guerra se va
haciendo complejo en función del desarrollo mismo de las sociedades y
de su propia cultura. En consecuencia, en aquellas sociedades donde su
desarrollo es más claro, también la guerra se ve cada vez más estructu-
rada, tanto en sus objetivos como en los elementos necesarios para su
buen desarrollo.
Las sociedades preestatales, y sobre todo las estatales, requieren de
toda una institución militar para poder llevar bien a cabo sus objetivos.
Por tal motivo, la estructura de sus instituciones militares debe necesa-
riamente contar con diversos componentes que permitan el engranaje
de toda la infraestructura bélica necesaria. Ello supone una serie de
recursos económicos, humanos y de organización institucional muy
grande, que implican una serie de factores que deben estudiarse por
separado para finalmente reconocer su estructura en conjunto y saber el
cómo y el por qué de los conflictos armados en las distintas sociedades
de la Antigüedad.
Intentaré desglosar en este capítulo varios de estos elementos que
he denominado anteriormente componentes de la guerra compleja
(Cervera, 2007: 120). Son aspectos que no detallé a profundidad en el
libro anterior y que, realmente, de ellos dependerá mucho de lo que en
este trabajo se escriba. Pueden estar sujetos a discusión y es precisa-
mente en esta donde se estaría estableciendo el parámetro de avances y
retrocesos en el estudio de la guerra mesoamericana. Finalmente, espero
que los colegas que lleguen a leer este trabajo entiendan estos procesos y
en futuros foros de discusión se analicen y entablen polémicas alrededor
de lo siguiente.
Estructura del ejército, sistemas de mando, avituallamiento, entrena-
miento, sistemas de armamento, planteamientos tácticos, mercenariado,
elementos rituales asociados a la guerra, poliorcética, etc. Evi dentemente
los elementos analizados serán vislumbrados desde la aplicación en la
estructura social, política y militar mexica a lo largo de este libro; sin em -
bargo, mucho de lo que se exponga en este capítulo será la base teórica
para lograr comprender las diversas interpretaciones que abordaré en
las siguientes líneas. Comencemos por entender qué es un ejército y
cómo se debe estructurar.
EL EJÉRCITO Y SU ESTRUCTURACIÓN
Una colectividad numerosa de hombres que están dispuestos a pre -
sentar batalla con un semejante es, en resumen, un ejército. Este supone
una serie de elementos para su buen desempeño en la batalla. Se cono-
cen en la historia de la humanidad muchos tipos de ejército, bajo los
estrictos cánones de la guerra compleja. Ello representa un cuerpo real-
mente especializado de hombres que tienen papeles específicos en todo
el proceso de la campaña militar. Esto también implica que dichos hom-
bres estén, preferentemente, adiestrados bajo el mando de cierto cuerpo
de hombres de mayor rango y experiencia; a esta relación de subordina-
ción la denominaremos el sistema de mando.
La base de este fundamento es que se requiere del liderazgo de un
individuo para que una acción violenta en masa no termine en serios
problemas de coordinación. En buena parte de las sociedades de la
Antigüedad, el principal representante de las fuerzas militares ha sido el
rey y/o gobernante, ya sea por demostrar su eficacia en el campo de
batalla, por algún tipo de encumbramiento político o de nobleza, o por
herencia; y aún lo vemos hoy en muchos estados, como el mexicano,
donde el presidente es el jefe supremo de las fuerzas armadas.
De este tipo de personajes se desprende una serie de subalternos
que, a lo largo de la historia y dependiendo de cada cultura, han llevado
diversos nombres, papeles en el sistema de mando y quizá lo más
importante para nosotros es que cada uno de ellos, además del nombre,
están representados iconográficamente por algún distintivo. Sobre todo,
gracias a las diversas representaciones en los diferentes materiales
arqueológicos y etnohistóricos y apoyados en las fuentes escritas, es
viable conocer las características gráficas y rastrear los sistemas de
mando en los ejércitos antiguos.
Por ejemplo, entre los mandos superiores de los ejércitos griegos de
la Antigüedad era sobre todo la crin, aditamento que decoraba los
cascos, lo que determinaría en algunos casos el rango. Sabemos de ante-
mano que la mayoría de los soldados llevaban dicho ornamento vertical-
mente, de manera que iba de la frente a la nuca pero, generalmente, los
mandos supremos lo llevaban de forma horizontal. Este elemento des -
pués pasará a los romanos quienes continuarán esta tradición entre sus
centuriones.
Gracias a la investigación y el análisis iconográfico de este y otros
factores podemos llegar a reconocer los sistemas de mando en un ejér-
cito antiguo. Como veremos, el caso mexica tiene su respectiva proble-
mática, sin embargo, el mayor elemento emblemático de los sistemas
de mando está representado por animales cuya carga simbólica es clara:
los guerreros águila y jaguar.
Uno de los grandes inconvenientes de estudiar los sistemas de man -
do antiguo, y concretamente en el caso mesoamericano, es reconocer
Guerreros aztecas
con certeza las cadenas de mando. El problema se da cuando no se
logra identificar dicha cadena y saber quién le sigue a quién, con qué
nombre y cuáles son sus distintivos iconográficos y funciones. Esta es
una dificultad con la que nos toparemos en el estudio de la sociedad
mexica, de la cual pese a que se tiene información, los eslabones no son
del todo evidentes.
Otra parte fundamental en la estructura de los ejércitos es el llama -
do sistema de comunicación. La transmisión de órdenes por parte de un
individuo a una masa homogénea de gran cantidad de hombres resulta
en gran parte problemática, por lo tanto es necesario contar con un sis -
tema de transmisión de órdenes en plena batalla.
No podemos imaginar a un general gritando en medio de la batalla
qué deben hacer sus hombres cuando están en el ardor del combate. Por
ello, los sistemas de mando y los sistemas de comunicación están co -
nectados, ya que los mandos principales pueden delegar su orden a los
mandos directamente siguientes a ellos, quienes a su vez pueden, a tra -
vés de diversos sistemas, transmitir dichas órdenes. Las señales de este
tipo de transmisión pueden ser de dos tipos: sonoras o visuales.
Las transmisiones sonoras generalmente se hacen a través de ins -
trumentos musicales, de los cuales ya se tienen señales sonoras acorda-
das con anterioridad a dicha batalla. Bien puede ser con tambores o flau tas
como en el ejército espartano, también con trompetas como en el romano.
Nuevamente al recurrir a las fuentes escritas, donde generalmente se
describen las batallas de la Antigüedad, se puede saber cómo se trans-
mitían estas órdenes.
Las representaciones iconográficas, nuevamente, nos pueden brin-
dar especial información al respecto, tal es el caso del famoso vaso
Chigui donde, por vez primera se representa una falange hoplítica diri-
gida con el sonido de flautas dobles. En el caso mesoamericano y espe-
cíficamente mexica, se tiene la información al respecto sobre todo gra cias
a las narraciones de los conquistadores españoles. Más adelante tratare-
mos en otro capítulo el análisis de los sistemas de comunicación y trans -
 misión de órdenes del ejército mexica.
No podemos dejar de lado los sistemas de comunicación visuales
generalmente apoyados en banderas; sin embargo, los uniformes juegan
también un papel preponderante y sencillo en el momento de la batalla
por el simple hecho de mostrar en qué bando están y, por lo tanto, el
ejér cito distingue fácilmente a quién matar y a quién no. Sabemos que
por detrás de todo ello se esconden los sistemas de mando, los distinti-
vos y divisas militares e incluso factores de tipo religioso y simbólico
que forman parte de los fundamentos culturales de quienes los portan.